miércoles, 6 de febrero de 2008

La gota que colma el vaso

(Esto va por ti, querida MaupoFrik, por las veces que has tenido que aguantar mis chaparrones)

Soy la típica persona que cuando algo me sucede callo hasta la saciedad…Soy como un cubo que se llena de las gotas que caen de las goteras que se forman cuando llueve. El problema es que el cubo no es infinito y ya sabemos lo que ocurre: el cubo se llena y siempre esta el típico torpe que se tropieza, le da una patada y lo tira todo por tierra.

Eso mismo nos ocurre a muchos, callamos ante injusticias, observamos cosas que no nos parecen bien, que nos cabrean y nos callamos. El problema viene cuando estas una tarde con alguien y, de repente, sin saber como ni porqué, empiezas a soltarle todo aquello que no le dijiste en su momento. Él ha sido el torpe que ha tirado de la lengua, probablemente con algún comentario gracioso que no te ha sentado bien porque llevas alguna birra de más y ha sido la gota que ha colmado el vaso.

¿Por qué no sabemos hablar las cosas en el momento? ¿Es peor pasar un mal trago, que dura apenas unos minutos que estar tragándote las palabras días y días para acabar soltándolas cuando no debes?

Lo peor de todo es que en ese momento, que sueltas toda la tormenta de palabras que llevas dentro y que necesitas descargar, no sólo lo pasas mal tú, sino que haces sentir fatal a la otra persona sin motivo alguno.

Nosotros somos los propios culpables de no tener la valentía suficiente de enfrentarnos a aquello que no nos ha parecido bien en el momento. Las cosas que se pueden solucionar, no se dejan para más adelante.

¿Aprendida la lección? Creo que no. El hombre siempre tropieza 2 veces sobre la misma piedra…yo necesito 3.

Como dijo vuestro maestro: "Que ser cobarde no valga la pena, que ser valiente no salga tan caro"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué razón tienes! Pero lo que más me repatea es pagar los malos rollos con la gente a la que quieres... Porque al fin y al cabo todos explotamos, y en muchas ocasiones se puede llegar a comprender la ejecución de nuestra dinamita interna... otras son injustificadas.

La cobardía, como la mentira, tiene las patitas un poco cortas...al fin y al cabo acabas estallando...

C. dijo...

Nunca dije que esa persona que nos toca la fibra sea alguien a la cual quiero...

Aunque, verdaderamente, casi siempre lo pagamos con los que más queremos. De eso mi amiga la Maupo sabe mucho...

Pero lo bueno de que también ellos nos quieran es que en el fondo nos perdonan siempre porque lo entienden.

Para eso están los amigos, para entendernos y para aguantar los chaparrones, y para muchas, muchas cosas más.

Anónimo dijo...

Por cierto, ¿volverás o no a ser la reina de los frikis?...

C. dijo...

ayayay....

Todo se andará...aunque aquí no me lo ponen nada difícil jajajjaja